![]() |
Ernest Hemingway |
En 1914, cuando el futuro escritor tenía 15 años, estalló la Primera Guerra Mundial. Por su edad no lo admitieron como soldado, y él se alistó como camillero voluntario en el servicio de ambulancias y fue herido de gravedad en Italia. Precoz, vivió allí un intenso amor por una enfermera, que luego contó en su novela Adiós a las armas. Pero no se conformó con esa herida, y como periodista cubrió la Guerra Civil Española (1936-1939). Para repetir su propia historia, nuevamente fue herido, nuevamente se enamoró, y en otra novela (Por quién doblan las campanas), narró esa experiencias. Repitió su propia historia en la Segunda Guerra Mundial (1939-1945). Pescador de grandes peces (El viejo y el mar); cazador de leones (Las nieves de Kilimanjaro), borrachín, peleador de tabernas (decía de sí mismo que era El Gran Macho Norteamericano), se casó cuatro veces, y sus amantes fueron incontables. Ganó el Nobel de Literatura. No pudo soportar la decrepitud y, en 1961, el gran escritor norteamericano se suicidó de un escopetazo en la cabeza.
Escribía desde la madrugada En una cacería africana
hasta el mediodía frente a una en 1953.
tarima elevada.
LOS AVENTUREROS
![]() |
vivieron más aventuras que los personajes de sus obras. |
El italiano Gabriele D'Annunzio (1863-1938; izquierda) vagó por Europa y África y experimentó todo lo prohibido. En sus novelas como El placer y El fuego revela sólo algunos de esos hechos. Como poeta, en Elegías romanas celebró la ciudad y el amor.
El norteamericano Mark Twain (1835-1910; centro), pescador, vagabundo, humorista, se salvó de morir en manos de los pieles rojas. Contó su país en Las aventuras de Tom Sawyer y Huckleberry Finn.
El inglés Grahan Green (1904-1991; derecha) utilizó su trabajo de periodista para trabajar como espía para el MI-6 británico. Estuvo a punto de ser fusilado, pero luego ello le permitió redactar novelas como El tercer hombre y El factor humano.